domingo, 26 de febrero de 2012

Reconstruir mi mundo con sueños perdidos y sonrisas rotas.


Y en segundos se me viene el mundo encima. Y la base de mi vida rota ¿ahora que? ¿Que haces cuando tus sueños se desvanecen? No lo voy a negar, estaba enamorada de ti ¿tan complicado era de ver? Tu mi unico pensamiento. Lo único que importaba. Por lo único que sonreía. Pero no merece la pena mirar hacia atras, ahora que se con claridad como son las cosas todo cambia. Un corazon roto cuando se reconstruye es mucho mas fuerte. Y no imaginas hasta que punto mi vida a cambiado. Tengo una norma, nada de perder el tiempo, y menos por ti. Y en este instante en el que lucho contra mi misma para no pensar en ti, para no hacerme mas daño. Y con el tiempo te das cuenta de que no hay que centrar tu felicidad en otra persona, hay es cuando empieza la lucha entre el cerebro y el corazón, y créeme el perdedor, siempre acabas siendo tu.

No te preocupes por mi, estoy bien. Todas esas lagrimas que reprimí crearon una gran corriente de desilusión. Todos los pedazos de esos sueños que rompiste, y todas las esperanzas perdidas me hicieron ver que no me haces falta. Que en realidad todo era un engaño que no llegaría a nada. Y la única engañada yo. Pero ahora es tarde para arrepentirse, para avergonzarse, para llorar. Es momento de dejar todo a un lado, no olvidarlo, tan solo ignorarlo, y así seguir adelante, y SONREÍR. Porque tu eres prescindible, pero las sonrisas son necesarias.


martes, 14 de febrero de 2012

San Valentin...¿En serio?

Y que todas mis falsas ilusiones se ahoguen aun mas en mis pensamientos.

Feliz martes cualquiera a todos.
Y ojala llege aunque solo sea un dulce mensaje tuyo. Que es lo que hoy todas esperamos, importarle a alguien.

domingo, 12 de febrero de 2012

Gritar y que ni siquiera me oigan.

Esa rabia que me vuelve a inundar, insoportable. Levantarme de la silla enfurecida y golpear lo primero que encuentre a mi paso. Y siento un dolor increíble, pero eso tan solo hace crecer la ira que yace en mi. Apoyo la espalda en la pared, y me dejo caer lentamente asta el suelo. Abrazo mis piernas encogidas mientras una corriente salada de decepción corre por mis mejillas y se precipita al suelo. ¿Como puedo ser tan hipócrita?